Muchas veces los padres no saben distinguir la diferencia entre proteger y sobreproteger, lo cual resulta dañino. ¿Sabe por qué?
Hay que encontrar un equilibrio entra la protección y la independencia. (Internet)
El amor por los hijos, en ciertas ocasiones, se canaliza de manera inadecuada. Es normal querer protegerlos del peligro, pero la exageración puede ser nociva. “Sobreproteger a los hijos es como ponerlos en una urna de cristal. Estarán a salvo de los riesgos externos, pero no sabrán cómo defenderse”, cuenta Gabriela Cossi, psicóloga de la Clínica Internacional.
Los padres deben preparar a los hijos para que sepan encarar ellos mismos las adversidades. No significa que deben dejarlos abandonados en un callejón de delincuentes, pero sí animarlos a que desarrollen habilidades que los hagan autónomos. De otro modo, el niño no construye una autoestima saludable, no aprende a tolerar la frustración y se vuelve dependiente de los demás.
“Cuando hay demasiada represión, muchos niños se rebelan y, más bien, se hacen vulnerables a las malas influencias. Por eso, hay que encontrar un punto equilibrado entra la protección y la independencia, entre cuidarlos y no limpiarles el camino”, precisa Cossi.
OJO
Estimular la autonomía debe estar acompañado de valores como la obediencia y la responsabilidad.
Estimular la autonomía debe estar acompañado de valores como la obediencia y la responsabilidad.
Fuente: peru21.pe
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