Un estudio ghanés reveló que esos desechos son enviados ilegamente a naciones en desarrollo y que contaminan los suelos.
Niños africanos recogen residuos electrónicos para luego venderlos. (Internet)
La basura tecnológica de los países ricos se recicla en naciones pobres como India, Pakistán, Vietnam, Bangladesh, Ghana, donde causa gran contaminación y pone en peligro la salud de sus habitantes, según un estudio publicado hoy.
Mientras que los envíos internacionales de los desechos electrónicos están prohibidos por un acuerdo internacional, empresarios “sin escrúpulos” envían muchos de estos residuos a África y Asia en contenedores de carga, junto con equipos nuevos, cuya importación y exportación sí está permitido.
Las pruebas realizadas en una escuela cercana a un depósito de residuos electrónicos en el suburbio de Agbogbloshie a las afueras de Accra, capital de Ghana, revelaron una contaminación por plomo, cadmio y otros contaminantes perjudiciales para la salud de más del 50% de los niveles permitidos.
El profesor Atiemo Sampson, investigador de la Comisión de Energía Atómica de Ghana, y Ruediger Kuehr, de la Universidad de Naciones Unidas en Alemania, advierten en su estudio que la mayoría de los residuos tecnológicos extranjeros se quemaron y destruyeron sin las medidas de seguridad adecuadas.
Por otra parte, el valor de la mencionada basura y el gran número de personas que trabajan en el reciclaje informal “dificulta cada vez más” acabar con los depósitos ilegales, ya que “el sustento de muchas personas depende ahora de los ingresos generados por estas actividades”.
Se calcula que, por ejemplo, 100 mil teléfonos móviles pueden contener unos 2.4 kilos de oro, equivalentes a US$130 mil; 900 kilos de cobre, valorados en US$100 mil; y 25 kilos de plata igual a US$27,300.
Por ello, Sampson y Kuehr piden que los países acuerden un modelo global de reciclaje que utilice tecnologías sostenibles y se centre en mejorar los estándares de salud, seguridad y medio ambiente, que vaya acompañado de modelos de negocio, así como un programa para desarrollar políticas de concienciación para los fabricantes.
Fuente: peru21.pe
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